Lama la uva

Es un puesto de vinos y otros manjares
en pleno centro de la ciudad de Sevilla
donde las personas más curiosas entran a descubrir
ricos vinos de la tierra y otras viandas
donde suceden muchas cosas.

Catas locas, tertulias, conversaciones, risas, descubrimientos y deleites…

LA LEYENDA DE ESTE PUESTO

Cuenta la leyenda popular, escrita por Esopo y Samaniego, que había una astuta zorra que como no pudo alcanzar por más que intentó, unas uvas que se veían deliciosas, desistió y siguió su camino convenciéndose a sí misma de que no las quería porque no estaban maduras.

Pues bien, este es el lugar que cambió el cuento.

Este puesto es el que dio a la protagonista y a todas las personas como ella, el giro que nunca imaginaron. Los vinos más ricos, caros o baratos, pero solo ricos, al alcance de la lengua.

Así dice la fábula con su giro inesperado:

Pepita y las uvas

Es voz común que a más del mediodía
en ayunas la zorra iba cazando.
Halla una parra, quédase mirando
de la alta vid el fruto que pendía.
Causábale mil ansias y congojas
no alcanzar a las uvas con la garra,
al mostrar a sus dientes la alta parra
negros racimos entre verdes hojas.
Miró, saltó y anduvo en probaduras;
pero vio el imposible ya de fijo.
Entonces fue cuando la zorra dijo:
“¡No las quiero! ¡No están maduras!”

– Félix María Samaniego. 1781 –

Pero hete aquí que el cuento cambiar puede
y, al mucho tiempo, en Sevilla hay fama
de hacer que Pepita, que así se llama,
con las ganas no se quede:

“bienvenida a este puesto de buen vino,
entre, pruebe, disfrute, baje y suba,
y al final, puesto que vino, lama la uva.”

– La de Lama la Uva –

 

Proyecto Equipo SOPA.